El 2022 fue como un carrusel

(End of year reflections, Part II)

El invierno fue largo y lo atravesé junto a un par de buenos amigos con éxito. 

La primavera duró poco y no la aproveché para enmendar unos errores que hasta hoy me persiguen. 


El verano llegó y trabajé por primera vez. Dormí en un apartamento cerca a las oficinas de La Silla Vacía, en Bogotá. La visita de una amiga me alegró. 


El otoño estuvo lleno de memorias y emociones. La parte más agitada del carrusel.  


El invierno llegó otra vez, exigiéndolo todo, al mismo tiempo que me arrancaba lo que había quedado del verano. Me quitó el sol, y me pidió trabajo. Me pidió madurez, y paciencia, en momentos de tristeza. Con tantas exigencias, cumplí con una buena mitad.


Del invierno salté directo al verano, porque tomé un vuelo a Colombia hace menos de una semana. El invierno, la primavera y el otoño siguen conmigo. Los llevo en mi maleta para Berlín, donde comenzaré el 2023. Pero prometo que no serán lo primero que desempaque. 


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