La caída del agua
El sonido del arroyo me ha acompañado desde que nací. Por que por mi casa pasa un riachuelo llamado Matute. Hay unos lagartos muy bellos, con rostros de dinosaurios, que cruzan el agua a corriendas, sin hundirse, como Jesús. Los llamamos saltarroyos y los científicos Basiliscus. Cuando construimos el segundo piso de la casa, nos costó dormir al principio porque extrañabamos el sonido del caudal de agua corriendo por nuestra casa. El arroyo es del mundo y no solo nuestro, pero el pedacito que pasa por nuestra casa, es de cierta manera el único lugar que no se vende. Como un restaurante campestre, toda la naturaleza de nuestra casa es parte de nuestra oferta. Las cosas que me asombran, como las iguanas y los monos, son también para el disfrute de los clientes. Utilizo mi ojo experto para señalarle a los turistas extranjeros la fauna que ellos, a primera vista, a menudo no observan. Pero el arroyo, es el pedacito que pertenece a la casa y no a los clientes. La...